El miércoles pasado vimos un documental, "Las espigadoras", filmado por Agnès Varda en el año 2000. Aunque comienza hablando sobre el espigueo del siglo pasado, cuando se recogían alimentos que se habían quedado en la tierra tras al cosecha, lo lleva al espigueo del siglo XXI, el que realiza mucha gente que no tiene qué comer, o personas que no están de acuerdo con tirar toneladas de comida, y aunque estén en un contenedor, la aprovechan. Nos muestra la situación de personas de campo y de ciudad, todas ellas habitando en Francia.
Agnès Varda fue precursora de la Nouvelle Vague y actualmente es conocida como la 'abuela' de este movimiento (ya tiene 84 años). En su cinta vemos detalles que chocan con lo que conocemos por documental tradicional; detalles como 'el baile de la tapa', el cual me sigue dejando loca cada vez que lo veo, porque sigo sin entenderlo, pero así son las grabaciones de esta dama.
Con la proyección de este documental hemos cerrado la parte de la asignatura dedicada al proceso de creación de la obra. Es una cinta útil para tratar este tema. A mi modo de ver, creo que el proceso es importante porque ella comienza tratando un tema, y según va conociendo nuevos lugares y gentes, esa primera intención se va enriqueciendo y tomando nuevos caminos. Aunque todo tiene un carácter espontáneo, resulta luego un documental ordenado (gracias al montaje) y con sentido.
Quiero terminar este texto con una frase de uno de los entrevistados en la cinta que me ha encantado:
"Esta manzana no vale nada. Es como una persona que no es ni bella ni inteligente. Valor comercial, cero".
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| Agnes, ilustración de Sophie Mayer |
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